UN AÑO NO ES NADA….
 especial para Padelcenter.com. Diciembre de 2005.
| Textual I: Mariana Pérez |
[•] La jugadora mendocina fue uno de los pilares con experiencia del joven equipo que representó a nuestro país el pasado mundial. Aquí cuenta las sensaciones y emociones que le dejó Buenos Aires 2004.
a anécdota más divertida de la semana
No se si recuerdo alguna anécdota en particular. Creo que cada día de concentración, de compartir, de estar todas juntas, en equipo, hizo de cada momento algo especial. Algo que muy pocas veces se da, y de lo cual, desde mi punto de vista, se puede aprender mucho.
El momento más emotivo
Sin dudas ganar una vez más el mundial por selecciones....a pesar de todo y de todos....en casa... en Argentina, delante de nuestra gente, con todo lo que ello significa. Una vez más gracias al esfuerzo de los jugadores y entrenadores. Gracias una vez más a Nico y Cucho.
Una imagen, momento o recuerdo que te vayas a olvidar nunca
A mi me cabe recordar un momento que me costo mucho, a nivel personal. Creo que no hace falta entrar mucho en detalles, pero para mí fue una decisión difícil no estar en la final con la presencia, más allá de que mi corazón estuvo presente apoyando a mis compañeras de equipo.
Lo mejor del mundial....
El público, la hinchada, que siempre estuvo presente, y que le dio un color especial a cada partido.
Lo peor del mundial......
La organización, la falta de criterio, los horarios, las comidas para los integrantes de la selección, los premios, la entrega de premios y principalmente la diferenciación con los chicos. Parecía que se estaban jugando 2 mundiales. Y como siempre todo por el “espectáculo” y poco por los jugadores, que son los verdaderos protagonistas. |
Todo comenzó un sábado de junio cuando Jorge Nicolini, Nico para todas, se presentó entre sorpresas como nuevo capitán mientras se disputaba un torneo en el club Buenos Aires Top II. Esa fue la primera reunión, el primer contacto, aunque solamente estábamos las jugadoras del ámbito local.
Desde ese día cada mañana de viernes se transformó en entrenamiento y allí íbamos todas las preseleccionadas, con la sola idea de ganarnos un lugar en el equipo final. Mientras tanto, en España, las chicas entrenaban por su cuenta por cuestiones que no hace falta explicar.
Esos viernes fueron pasando hasta que un día de octubre los teléfonos de todas sonaron para conocer la decisión final del equipo.
Con la lista definitiva, las primeras en juntarnos en el club Teléfonos fuimos Vale, Nela, Silvana y yo, y entre partidos y juegos fuimos entrenando una cualidad a la que estábamos poco acostumbradas: formar parte de un equipo. Algo que quizás para otros deportistas es natural, pero que para nosotras resultó novedoso. Sin darnos cuenta nos fuimos haciendo parte de ESE equipo y poniéndonos la camiseta.
Los primeros días de noviembre llegó Pau y fue como que su llegada nos motivó aún más. Tenerla con nosotras en cada entrenamiento fue especial, diferente. Era la primera “histórica” en sumarse al grupo de “las sin experiencia”.
| Textual II: Cecilia Reiter |
[•] La anécdota más divertida de la semana
Momentos divertidos hubo muchos por suerte, pero uno de los que más recuerdo fue el día de la semifinal ante México, porque cuando terminamos nos pusimos a festejar y a saltar como si hubiésemos ganado. Y, como si fuera poco, fuimos a “cantarles” a las españolas que estaban jugando contra Brasil. Obviamente no entendían nuestro “descontrol” en las gradas… jajaja…
El momento más emotivo
Para mí va a ser inolvidable el partido que jugué con Cata en la final. Recuerdo todos y cada uno de los puntos como si los estuviésemos jugando hoy mismo. Sin embargo, no se me va a borrar nunca la imagen de la gente gritando cuando entré a sacar 3/2 en el segundo set. Por un lado me daban ganas de salir y abrazarme con todos y por otro quería callarlos porque era tanta la emoción que tenía miedo de empezar con una doble falta jajaja…
Una imagen, momento o recuerdo que no vayas a olvidar nunca
La imagen de mis viejos, mi hermano, mis abuelos, mis tíos, primos y amigos gritando y sufriendo en las gradas. El mirar afuera y tener esas miradas de apoyo para mí fue importantísimo. Y el recuerdo más lindo fue el último punto del partido, cuando me tiré al piso porque no sabía como festejar y de repente tenía arriba mío a Cata, Pau, Vale, Mari, Nela y Sil. Creo que si nos dejaban nos quedábamos toda la noche gritando y saltando en la cancha.
Lo mejor y lo peor del mundial
Lo mejor fue haber conseguido el título en mi primer mundial, y más porque pude compartir el equipo con varias de mis mejores amigas, por lo que la experiencia fue más linda aún. Lo peor fueron las desprolijidades que se dieron dentro de la organización con las jugadoras, cosa que el público no notó porque el marco del torneo fue bárbaro. Sin embargo, puertas para adentro hay muchas cosas que se pudieron haber hecho mejor, como por ejemplo no marcar una diferencia tan abismal entre chicos y chicas, porque el esfuerzo para lograr el objetivo fue el mismo por uno y otro lado. |
Las últimas en incorporarse fueron Cata y Mar, y por primera vez estuvo en el equipo completo en la cancha. Pasaron los días y con ellos las charlas, los almuerzos, los juegos de cartas, todo para amenizar las sesiones de entrenamiento con Nico y Cucho, nuestro preparador físico. Empezamos a practicar canciones y a organizar la hinchada: Vale se encargaba de las cornetas y yo de conseguir un bombo y hacer copias de las canciones para que las más “viejas” se las aprendieran.
Y por fin llegó el día. El domingo en que nos mudamos al Hindú. Fuimos todas juntas en camioneta (gracias Milton por llevarnos!!!!) tomando mate y cantando. Aunque la realidad es más que un coro de ángeles parecíamos perros aullando… y eso que no estaba Cata… jaja
Llegamos vestiditas con nuestra ropa de selección y para nuestra sorpresa, como si nos hubiesen estado esperando, ahí estaban en la puerta, nuestras “rivales más peligrosas”. Sí, el equipo español a pleno estaba en la entrada, riéndose de nuestras banderas, gorros y bombos, sin saber lo que iban a tener que aguantarse toda la semana.
Momento crucial: reparto de habitaciones. Vale, Sil y Nela por un lado. Cata, Mari, Pau y yo por otro. Primera cena y a dormir. Al día siguiente empezaba el Mundial, ese torneo que habíamos esperado tanto tiempo. Para las 4 más chicas era nuestra primera vez, para las más veteranas uno más en su haber. Llegó la inauguración y con nuestros cantitos de por medio empezamos a calentar el clima y a dar muestras de lo que iba a ser la semana mundialista.
Lunes. Para el debut nos esperaba Brasil y llegábamos sin Silvana que tenía una molestia en la pierna. Cata y Mar fueron al 1º punto, Pau y Vale al 2º y Nela y yo al 3º. Por suerte ganamos bien y nos sacamos los nervios. Nos tocó jugar en La Rosada, por la lluvia, y como no podía ser de otra manera, todos los familiares de las “primerizas” junto con muchos amigos, nos acompañaron en ese debut tan esperado con la camiseta argentina.
| Textual III: Cata Tenorio |
[•] Otra de las experimentadas en Mundiales y en títulos. Su personalidad y confianza la llevó a cambiarse de lado 10 minutos antes de la final. Una de las más tribuneras explica que sintió tras ganar el último punto definiendo la serie a favor de Argentina.
La anécdota más divertida
Una fue la primer noche que no se porque motivos nos reímos sin parar en la cena. Tanta fue la risa que después me cayó mal la comida. Otra cuando la sorprendí a Carol (Carolina Navarro, española) intentando llevarse el bombo de nuestra habitación.
El momento más emotivo
Fue en la final por la cantidad de gente que estaba alentándonos, fue algo increíble y que nunca me voy a poder olvidar. Cómo se armó la hinchada enseguida y para sorpresa mía las dos magnificas que manejaban el bombo y el redoblante ni se conocían: una era de Bahía Blanca y la otra de Buenos Aires (amiga de Vale) y sonaban como si se hubiesen dedicado a eso desde siempre… jajaja.
Una imagen, momento o recuerdo que no vayas a olvidar nunca
En general todo el torneo fue una de las cosas más lindas que he vivido desde que juego al padel: el aliento de la gente, el apoyo y la motivación propia de cada una de las jugadoras, olvidándonos por unas horas de los intereses propios y/o haciendo de ellos un conjunto de deseos. En los mundiales uno se siente como un jugador de rugby haciendo un Scrum, compuesto por 7 jugadoras, dirigidas por un capitán y con la fuerza de un país entero por detrás.
Si tengo que elegir un momento sería en la final, cuando estaba jugando con CECI. En el 3-2 la gente empezó a cantar tímidamente pero al alentarlos nosotras a ellos desde adentro de repente explotaron y no los podían hacer callar ni con el árbitro.
Lo mejor y lo peor del mundial
Lo mejor fue que Argentina se consagró campeón en chicos y chicas y lo peor fue la organización del torneo: la comida para los jugadores, los horarios y demás desprolijidades que ya conocemos. |
Martes. Otra vez en La Rosada porque la lluvia no paraba. Esta vez, enfrente, las paraguayas, que si bien no ofrecieron resistencia, fueron muy simpáticas y graciosas. Esta vez fue Cata la enferma, por lo que Vale jugó con Nela, Mari con Pau y Sil conmigo. Con el marcador en contra y sin importarles nada, nuestras rivales nos robaron el redoblante para festejar cada punto como si fuese un partido ganado. Llegó la noche, y tras el triunfo por 3 a 0, decidimos después de la cena, ensayar algunas de nuestras canciones. Cerca, muy cerca, cenaban las españolas, destinatarias de todos y cada uno de los cantos. Esperamos respuesta, pero al menos ese día, no la tuvimos.
Miércoles. Fue el turno de nuestro vecino rioplatense, Uruguay. Salimos de las habitaciones envueltas en banderas, bufandas y con los arlequines puestos. Redoblante en manos de Cata, la percusionista del día, que seguía recuperándose. Pau y Mariana abrieron la serie, para que Valeria y Nela pusieran el 2 a 0, y Silvana y yo el 3-0 final. Solo quedaba esperar la semi.
Jueves. Sin actividad por equipos, aunque sí en el Open, en el que todas ganamos nuestros partidos de octavos de final. Aprovechamos el día con Cucho, que nos hizo hacer varios juegos. ¿Los equipos? La habitación de Vale, Nela y Sil contra la de Pau, Mari, Cata y yo. Penales, diez pases y otros inventos de Cucho hicieron que nos divirtiéramos, y fundamentalmente nos relajáramos y distrajéramos.
Viernes. Tiempo de semifinales. ¿Nuestras rivales? Las mexicanas, amigas tras la experiencia vivida en el mundial de 2002. Cambiamos la formación para darle descanso a Pau. Silvana y Cata al 1, Nela y Vale al 2 y Mariana y yo al 3. Ganamos 3-0.
Festejamos a lo grande nuestro paso a la final en el estadio auxiliar y fuimos derechito a la cancha central donde estaban jugando las españolas. ¿A espiarlas? Noooooo…. Teníamos que alentar a las brasileras, con quienes habíamos hecho un trato el día anterior: nosotras las apoyábamos en la semi y ellas, en caso de perder, harían lo propio en la final.
| Textual IV: Paula Eyheraguibel |
[•] Sin dudas el de Buenos Aires 2004 fue SU mundial, porque consiguió por fin consagrarse campeona del mundo por parejas junto a Iciar Montes y revalidar también su título por selecciones. Pau, que es considerada por muchos como la mejor jugadora argentina de los últimos años, nos cuenta cómo vivió su “semana mágica”.
La anécdota más divertida de la semana
No se si recuerdo alguna anécdota en particular pero si muchas situaciones divertidas que hemos vivido. Por ejemplo, en los otros mundiales siempre compartí habitación con María Jose Sbrascini y esta vez fue con CECI y tuvimos nuestras ventajas, porque ni bien entramos en la habitación que compartíamos con Mariana y Cata, en un acto fugaz alcanzamos a ver cual de las dos tenia tele y nos tiramos de cabeza hacia esa. También un día, durante los juegos divertidísimos que organizaba Cucho para entrar en calor, casi nos quedamos sin preparador físico del pelotazo que le pegue en una zona complicada para los hombres. Otra cosa curiosa fue que un astrólogo vino al club y, sabiendo el día y la hora en que Nico había armado el equipo, nos dijo que según nuestra carta astral el grupo tenía buena estrella y afirmó que íbamos a ganar el mundial ;) je! no estaba tan equivocado :)
El momento más emotivo
Fue el mundial más emotivo de toda mi carrera deportiva. El ganar el sábado el mundial por equipos, nada menos que en Argentina, rodeada del apoyo de nuestros familiares, amigos y todas esas personas que fueron a alentarnos, fue algo maravilloso. Y el domingo 21 ganar junto a Iciar Montes el Mundial por Parejas por primera vez en mi vida (después de dos finales) y mas aun teniendo en cuenta que a dos meses del mundial mi compañera Carolina Navarro se lesiono gravemente de rodilla. Eso fue un golpe duro porque las dos nos veníamos preparando muy bien y en ese mes de septiembre yo también pensé que se me había terminado el resto de la temporada y el mundial. Justamente por todas estas circunstancias el mundial de Argentina fue un sueño hecho realidad.
Una imagen, momento o recuerdo que no vayas a olvidar nunca
Creo que voy a coincidir con la mayoría de las jugadoras del equipo. Ese momento mágico cuando, jugando el tercer punto de la final contra España, la gente empezó a cantar y alentar “Vamos vamos Argentina…” y estaban Ceci y Cata en la pista y no podían sacar porque no se callaban. Inolvidable! Otro momento que guardaré entre mis mejores recuerdos fue en la final del Open, cuando terminó el último punto, miré a mi lado y la vi a Iciar tirada en el suelo. No sabia que me pasaba… era tal la emoción y felicidad que no podía asimilar lo que pasaba en ese momento.
Lo mejor y lo peor del mundial
Lo mejor: obviamente el haber conseguido los dos títulos. El mirar hacia fuera y ver a toda mi familia, mis amigos (Angelita, Marina, Iva y Angy …Flor, Euge y Fer.. gracias por venir!). La hinchada que teníamos, los cantos, los bombos, la fuerza que nos transmitió la gente desde las gradas. La gran confianza que en todo momento me transmitió nuestro capitán Jorge Nicolini y el gran trabajo que llevó acabo junto con Cucho. La repercusión mediática. La actitud y sinceridad de Mariana de darse de baja en la final. La seguridad que me transmitió Iciar, principalmente en el 1er partido contra Inés y Yuyo. Este mundial me ayudó a valorarme un poquito mas como jugadora.
Lo peor: Quizás que a las mujeres no se nos haya tratado igual que a los hombres. Nunca pedimos o exigimos ni dinero ni nada, ni mantuvimos al mundial pendiente de un hilo. Y en las retransmisiones en vivo para todo el país, solo televisaron la final masculina por equipos y por parejas. ¿Y las mujeres? ¿No jugamos acaso? En Bahía Blanca muchísimas personas estuvieron pendientes de la televisión y cuando nos tocaba jugar a nosotras… ¡lo cortaban! La final del Open la programaron después de la de los hombres dando la sensación antes de jugar que ya había terminado todo. |
Después de eso llegó el almuerzo y por la tarde los cuartos del Open. Las únicas que quedamos afuera fuimos Silvana y yo. La noche del viernes fue una noche rara pero especial, porque era LA NOCHE antes de esa final que tanto habíamos esperado durante toda la semana. Pensé que nos iba a costar dormir, de hecho las charlas duraron hasta la medianoche, pero por suerte pudimos descansar bien.
Sábado. 5 argentinas en semifinales. Pau terminó rápido y pudo descansar. Mar, Cata, Vale y Nela terminaron tardísimo después de un largo y duro partido. El resultado fue que casi no tuvieron tiempo entre su partido y la final. Cada vez faltaba menos. Los nervios y la ansiedad empezaron a aparecer.
A Pau le transpiraban las manos, Vale andaba perdida por el club, Cata y Mar se recuperaban de la derrota sufrida en semi y yo no paraba de dar vueltas en la habitación.
Así fue hasta que Nico y Cucho vinieron con nosotras y empezó la reunión en el cuarto: quién juega, quién no, cómo salen ellas, cómo salimos nosotras….. En fin, mil preguntas qué nos hicimos, aunque con la tranquilidad de saber que teníamos un equipo homogéneo, parejo y competitivo.
Mariana, en una actitud para destacar, puso ante todo el objetivo del EQUIPO comunicándole al capitán que estaba cansada. No era para menos, 3 horas de partido por la mañana y sin descanso, estando además Sil y yo “fresquitas” por no haber jugado. Ahí Cata, con coraje, se animó y se propuso para jugar de revés conmigo y así fue armándose el equipo. Pau y Sil al primer punto, Vale y Nela al segundo y para cerrar Cata y yo.
Llegó la hora de la verdad. Tiempo de salir a la cancha a buscar lo que tanto queríamos: el título. Bajamos, como de costumbre (aunque esta vez fue peor) con las banderas, los bombos y las más de 15 cornetas que había traído Maca (amiga de Vale y líder de la barra brava esa tarde).
Entramos en un estadio a medio llenar y ahí estaban todos: familiares, amigos, conocidos y demás jugadoras del circuito local gritando por nosotras. Cantito mediante fuimos a entrar en calor. La ansiedad era total y la emoción increíble.
Les llegó el turno a Pau y Sil contra Silvela y Montero. Por suerte se pusieron arriba enseguida, lo que nos tranquilizó y nos dio confianza. Fue un 6/2 y 6/4 que nos dejó 1-0 arriba en la serie, dándoles la posibilidad a Vale y Nela que jugaban el segundo punto, a cerrarla a nuestro favor. La idea de que Pau, una de las más experimentadas en el equipo jugara el primer punto trajo sus frutos. Sin embargo, en el doble 2, España guardaba su plato fuerte: Iciar Montes junto a María José Llorca.
Empezaron mal las chicas, seguramente por el cansancio de la semi, pero para sorpresa de todos tras perder el primer set por 6/2 se recuperaron y se llevaron el segundo parcial por 6/3, mientras las gradas del estadio se seguían llenando. Con Cata mirando desde afuera pensamos que lo ganaban y nos quedamos tranquilas, aunque al rato Iciar y Llorca volvieron a ponerse arriba asi que, sin ver el final del partido, nos fuimos a calentar.
Cuando desde lejos escuchamos unos pocos aplausos y un “Vamos España” supimos que las chicas habían perdido el tercer set y que la responsabilidad ahora la teníamos nosotras dos. El estadio ya estaba lleno desde hacía un largo rato.
Salimos a la cancha y empezamos parejo, game a game, hasta que en el 4 iguales pudimos por fin quebrar para después cerrar el set por 6/4. Estando arriba en el marcador los nervios empezaron a desaparecer para dar lugar a la confianza. En el segundo y sacando 3/2 arriba se produjo un momento que creo que ninguna de las chicas del equipo va a olvidar: la gente se puso de pie y empezó a cantar sin parar el clásico “vamos vamos argentina….” , desobedeciendo al juez que pedía silencio para poder seguir.
Definitivamente no se cuánto duró ese instante, pero les aseguro que para nosotras fue eterno e inolvidable. Como si el público empujara nos pusimos 5/2 con el saque, pero no pudimos definirlo hasta el game siguiente tras varios match points. Con el último punto entraron todas a la cancha y se tiraron sobre Cata y sobre mí en una verdadera montaña humana.
De ahí en más fue todo más de lo mismo: cantos, saltos y bailes para todos los gustos. Abrazos y emoción con los seres queridos y el reconocimiento con nuestras rivales. Festejamos un largo rato hasta que nos “echaron” de la cancha después de la entrega de premios.
Pasó el sábado. NUESTRO SABADO. Ya hace un año del Mundial 2004. NUESTRO MUNDIAL. Y el recuerdo es y será imborrable: la gente (conocidos y no conocidos) saltando en las tribunas, nuestros familiares al borde de las lágrimas y llenos de alegría, el “futuro” del padel femenino argentino en las gradas atentas a cada jugada, a cada tanto y cantando más que nadie. Nuestra “barra brava”: Maca y su bombo, seguida por Angie y el redoblante.
La banda de Bahía Blanca (Flor, Euge, Marina, Ivana y Angelito Bebé) que no dejó de gritar…. Así podríamos seguir…. Y es que fue un momento especial: un mundial, ganado y encima en casa… ¿qué más se podía pedir? Sólo una cosa…. Y para eso me atrevo a tomar prestada la frase de una “amiga” y referente de nuestro deporte, María Jose Sbrascini, que alguna vez dijo… “QUE SE REPITA DONDE SEA Y CUANDO SEA”.
Esperemos que Murcia sea el lugar y 2006 el año en que podamos gritar otra vez ARGENTINA CAMPEON!!! Sabemos que será difícil, es verdad. Pero vayan quienes vayan, dejaremos todo y todas lo haremos con la camiseta celeste y blanca puesta… y eso, se sabe, genera un sentimiento que puede transformar una misión imposible en un sueño hecho realidad. |
¿Te acordás hermana?
