Master 2002
domingo 29
21:00 Hs - M.Pérez/Vilas
a Gattiker/Cavalleri 6/2 6/4 - volver
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Si
se hacía una encuesta previa para evaluar quienes
eran los candidatos de la gente para llegar a esta final
del Master 2002, lo más seguro es que Nerone/Grabiel
y Malacalza/Derito habrían quedado arriba con
un alto porcentaje de la votación.
Pero la extraordinaria tarea realizada por Vilas/Pérez
en la primera semifinal contra quienes habían
eliminado en cuartos a Malacalza/Derito (Pinto/P.Millán)
y por Gattiker/Cavalleri en el mejor partido del torneo
en la segunda semi frente a Nerone/Grabiel, hizo que
el partido decisivo tenga protagonistas no tan esperados.
Claro que de un lado estaba Roby Gattiker, nada menos,
el eterno gran jugador y siempre candidato, esta vez
jugando con Fernando Cavalleri, uno de los mejores drives
de la Argentina.
Del
otro lado, otro gran drive como Marcelo Pérez
y en el revés, Gonzalo Vilas, quien -como ya
dijimos- fue encontrando su nivel a medida que pasaban
los partidos, y llegó al domingo a la noche rindiendo
como en su mejor momento (cuando jugaba con Matías
Díaz), a pesar de la prolongada inactividad en
la segunda parte del año.
Ya en el primer game hubo quiebre, y Marcelo Pérez
fue a sacar con un 1-0 a favor. Pérez ganó
su saque y Cavallieri mantuvo el suyo. El partido aún
no tenía el nivel que se esperaba y los jugadores
-sobre todo Cavalleri/Gattiker- se veían muy
cansados por el esfuerzo de la semifinal.
Afuera
el cielo se caía a pedazos y la gente se mantuvo
firme en El Monasterio, llenando las tribunas para el
partido final. Gattiker sacó 1-3 y a Cavalleri
le costó meter la bola dejando un par en la red,
hasta que pudo pegar para traerla (durante todo el torneo
sorprendió con esta faceta) y definió
el punto para quedar 2-3.
Del otro lado, Pérez y Vilas estaban más
rápidos y menos cansados. Se los veía
bastante más enteros que a sus rivales y con
ventaja en ese aspecto. Comenzaron a mover a Roby y
a Fer por toda la cancha y definieron con soltura el
4-2. Roby se metió un poco más y desplegó
toda su habilidad, pero Gonzalo Vilas siguió
presionando y el Masa Pérez hizo todo lo que
sabe (y sabe mucho) para ponerse
arriba 5-2. Lo de Pérez no tiene nombre (pero
le dicen el Masa). A medida que pasan los años,
mejora su juego y se vuelve incontenible. Y así,
una vez más en este Master, contra todos los
pronósticos, Vilas/Pérez se fueron a las
sillas con un set en el bolsillo, y nada menos que por
6-2. Para Roby y Fernando, todo por hacer, mucho para
trabajar si querían repetir la hazaña
de la semifinal.
En el segundo set, la historia no cambió nada.
El Master de Pandora siguió dando que hablar
y en cuestión de minutos, Cavalleri se encontró
sacando 0-2. Marcelo Pérez voló en la
red atajando voleas de todo tipo y arrancó exclamaciones
de los cuatro lados, metiéndose el partido y
al público en el bolsillo. No hay que olvidarse
que frente a él estaba uno de los jugadores con
más carisma de la historia del padel argentino,
y para Vilas/Pérez no había otro lugar
que el de partenaires. Pero el trámite del partido
los llevó a convertirse claramente en protagonistas,
desplegando un padel de altísimo nivel.
Por el hecho de que el que estaba abajo era nada menos
que Gáttiker, y el nivel mostrado por Cavalleri
en semis, todo el mundo seguía esperando el milagro,
pero cada vez estaba más lejos. Cavalleri no
era el mismo, y Roby estaba irreconocible. Roby saca
1/3 y levanta tres puntos de quiebre, pero apenas parece
para sobrevivir, todavía falta mucho para hablar
de recuperación.
Y
vuelven a quebrar, esta vez a Cavalleri, y va a sacar
Vilas 5/2. Con el nivel de Vilas/Pérez el milagro
parece lejano, pero no todo está dicho. En un
game muy disputado y arrancando aplausos del público,
quiebran a Vilas para 5/3 y saca Gáttiker...
la llama todavía vive...
Saca Roby, match point en contra y una heroica salvada
de Fer abre el camino para ir al descanso 5/4 Vilas/Pérez
con el saque de Marcelo... expectativa en todo el estadio.
Un intento desesperado de Roby y Fernando por levantar
el partido pero ya es tarde, Marcelo Pérez y
Gonzalo Vilas están muy aceitados y con todo
el entusiasmo necesario para resolver el pleito, demuestran
que el Master de Pandora no creía en etiquetas,
y que el nivel mostrado en este cierre del circuito
2002 fue tan parejo como para entregar dos excelentes
campeones que no estaban en los papeles.
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