La final
Los ojos bien abiertos, la pose agazapada que expresa contundencia y un aire de seguridad que por momentos asusta. Así lucen Vassallo-Sbrascini a medida que avanza la final frente a sus ya clásicas rivales: Eyheraguibel-Pérez.
El 0/1-0/40 del comienzo no parece surtir ningún efecto en las número uno. Inmediatamente dan vuelta el game para terminar arrollando a sus rivales por 6/1 6/3.
Un gato que juega de local intenta desmoronar la concentración de las cuatro jugadoras (con toda razón, le habían robado una cría), pero el lamento no logra más que unos cuarenta segundos de desatención y alguna risa aislada por la situación.
Eyheraguibel-Pérez dan todo en la cancha y no dejan rincón del piso de Good Time sin explorar: terminan levantando pelotas increíbles revolcándose por el suelo al menos en tres oportunidades. Sin embargo, apenas terminada la corta final, Paula busca una explicación en los propios errores más que en la demoledora solvencia de las campeonas: "no podemos jugar tan a la defensiva. Es cierto que a ellas les salió todo, pero nosotras no hicimos nada para cambiar eso".
Y puede que tenga razón, salvo en eso de "no hicimos nada". Del sacrificio y la entrega no hay duda. Pero Paula se refiere a la planificación del partido y en eso no se equivoca. Lo manejó la pareja que más supo qué quería hacer desde un primer momento.
Por el lado de las ganadoras, el sube y baja se notó bastante y el dúo tuvo que apoyarse en la complementación para tapar baches y lagunas. Primero fue Vassallo quien entró al partido errática y desprolija, cubierta increíblemente por una Sbrascini a puro fuego. Luego levantó María Eugenia y fue lo más parecido a un robot. Embocó todos los caños que buscó. Metió passings cruzados desairando una y otra vez a Eyheraguibel y maltrató con passings paralelos a Pérez. "Está bien, nos complementamos, pero no debería ser así -se lamenta Vassallo- porque deberíamos jugar bien las dos del principio al final. Igualmente esta fue la primera vez en las cinco etapas que jugamos más juntas como pareja, en los torneos anteriores los altibajos individuales de las dos fueron más marcados", concluye.
En definitiva, no hubo margen para otra cosa. Eyheraguibel-Pérez desperdiciaron esa única oportunidad que le dieron sus rivales con el 1/0-40/0 a favor del segundo game, y como todos saben en el circuito, con Vassallo-Sbrascini, ese es un lujo que nadie se puede dar.
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Cuartos de final
Con un frío molesto como bandeja con slice, se jugaron los cuartos de final de la quinta etapa en el club Good Time de Capital Federal.
Sin duda, el último de los partidos de cuartos fue el más emotivo e intenso, y terminó con el agónico triunfo por 6/4 en el tercer set de Petucci-Campus sobre Reiter-Bertin. En este partido -quizás como en ningún otro de la jornada- se encontraron estilos similares con muchos puntos en común: agresividad, espectacularidad y sangre caliente. Tras un primer set definido por Reiter-Bertin con solidez, el partido parecía difícil de levantar para Petucci-Campus, quienes pudieron sin embargo dar vuelta el segundo con contundencia para terminar definiendo en un tercer set parejo y aguerrido.
El nivel de Reiter-Bertin es sin duda uno de los más altos del circuito, aunque los resultados todavía no llegan para esta joven pareja que se armó en la temporada 2001. Por el lado de las ganadoras, María Laura Petucci parece estar en todas partes, y se lo hace saber a sus rivales golpe tras golpe. Bien acompañada por Campus, quien presentó dudas en la definición con un recurrente calambre en un pie que pareció irse mágicamente cuando la balanza se inclinó a favor.
En la cancha 2, el panorama era totalmente diferente. Un partido con más sangre fría casi termina en sorpresa, ya que Capra-Muravschick estuvieron a punto de ganar el primer set, para terminar perdiéndolo ajustadamente por 7/5. Claro que del otro lado estaban las campeonas crónicas Vassallo-Sbrascini, quienes luego del susto definieron el segundo con comodidad por 6/0. Excelentes passings de Capra sorprendiendo a María Eugenia Vassallo y muy destacable la regularidad de Muravschick para sostener el juego de porcentaje de Vassallo-Sbrascini, que la movieron hacia atrás y adelante hasta demolerla. Lo de Capra-Muravschick es una buena señal para el futuro, pero está claro que en el presente inmediato, jugar un muy buen set contra las multicampeonas todavía no alcanza.
Otro buen partido de cuartos fue el que ganaron Cata Tenorio y la zurda Rinaudo, contra Peyregne (ex compañera de Rinaudo) y Brito. Se vieron games de alto nivel, pero finalmente la experiencia de las ganadoras pudo más que el intento de sus rivales por mantener el orden y construir una estrategia válida (mantener la pelota y sacar a sus rivales con globos y pelotas lentas). Destacable el sólido drive de Brito y la ductilidad de Tenorio-Rinaudo para aplicar sus mejores golpes en los momentos difíciles.
El otro partido de cuartos fue un trámite bastante sencillo para la excelente pareja Eyheraguibel-Pérez, quienes avanzaron a semifinales derrotando claramente a Banchero-León por 6/3 6/0.
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