| Fernando 
                  Belasteguin ya sueña con el mundial                     "Defender la camiseta 
                    argentina es excitante" En 
                    el año 2000 llegó a la cima del ránking 
                    profesional argentino durante algunas semanas, aunque 
                    después fue desplazado. Sin embargo, para este 
                    joven jugador de Pehuajó, estar en el top ten 
                    del padel mundial ya se ha vuelto una sana costumbre.
 reportaje 
                    de Guillermo 
                      Russell ¿Cuándo 
                    empezaste a participar del circuito español?F.B.: Empecé en el ´98
 ¿Quiénes 
                    son, en tu opinión, los mejores jugadores?F.B.: Hoy por hoy, Juan Martín Díaz está 
                      por sobre todos. Después viene Willy Lahoz que 
                      es un jugador bárbaro. Arias y Semprún, 
                      Piñón que está un poco más 
                      abajo. La diferencia la marcan el galleguito y Lahoz.
 ¿Qué 
                    tipo de jugador es el galleguito?F.B.: Es espectacular, no sabés dónde 
                      te va a jugar la bola, le pega muy fuerte, es muy rápido, 
                      volea bien. Es un jugador supercompleto que no por nada 
                      es campeón del mundo. 
                      Lahoz también es muy completo. Hace todos los 
                      golpes fáciles, tiene una soltura para jugar 
                      bárbara. 
                      Pensándolo bien, si tengo que elegir uno después 
                      de Juan Martín Díaz, lo elijo a Semprún, 
                      porque es un jugador muy fuerte mentalmente. Creo que 
                      con eso marca diferencia sobre el resto de los españoles. 
                      Es un tipo ganador cien por cien.
 ¿Lo 
                    compararías con Ale Lasaigues, por ejemplo?F.B.: Sí, seguro.
 ¿Qué 
                    le cambiarías al pádel argentino para 
                    mejorarlo?F.B.: trataría de cobrar una cuota mínima 
                      a los clubes para invertir en publicidad.
 Los 
                    clubes de Capital Federal pagan un cánon mensual 
                    a su Asociación, inclusive en un momento esa 
                    asociación compraba un espacio en el diario deportivo 
                    Olé, pero eso fue un emprendimiento particular 
                    de la Asociación de Clubes...F.B.: eso sería bárbaro para hacer en 
                      el resto del país. Te digo que en el interior 
                      el pádel sigue vivo. Por ejemplo yo voy siempre 
                      a un club de Bolívar (provincia de Buenos Aires) 
                      que se llama el Corralón, que trabaja espectacular. 
                      Lo que pasa es que lo lleva muy bien Alfredo Ortiz, 
                      que es el hombre del club. El último torneo que 
                      hizo metió 150 parejas. En Pehuajó también 
                      hacen torneos para categorías bajas. Deberían 
                      juntarse los clubes del interior también para 
                      pagar un cánon mínimo y hacer publicidad, 
                      para que todos sepan que en el interior el pádel 
                      sigue vivo.
 ¿Y 
                    a nivel institucional, cambiarías algo?F.B.: Habría que juntar a la gente que tiene 
                      ganas y sabe hacer las cosas. 
                      Yo creo que si en el pádel argentino hubiese 
                      cinco tipos como Edu Pensa, en dos años estaríamos 
                      de nuevo en lo más alto. Es un tipo que hace 
                      todo a pulmón, pero trabaja un montón. 
                      Creo que si se juntasen Pensa, Norberto Sabbione, Roberto 
                      Díaz, Horacio Álvarez Clementi, que son 
                      gente que pueden llegar a hacer algo, se puede revertir 
                      la situación.
  ¿Cuándo 
                    empezaste en profesionales con Matías Díaz, 
                    les costó mucho avanzar? F.B.: Sí, jugamos muchas prequaly y qualy hasta 
                      poder empezar a avanzar.
 ¿Te 
                    costó mucho por el hecho de ser del interior?F.B.: Sí, tenés que viajar, es más 
                      difícil entrenar, no hay competencia, no hay 
                      jugadores para hacer partidos durante la semana. Para 
                      un jugador del interior es mucho más difícil 
                      llegar a ser profesional que para uno de acá. 
                      Y eso que yo tuve la suerte de tener a la familia Díaz 
                      que me recibió como un hijo más.
 ¿Se 
                    extraña?F.B.: Sí, el ritmo de vida, la familia, la novia, 
                      los amigos, la gente que está con vos en las 
                      malas y en las buenas, se extraña mucho todo 
                      lo que tiene que ver con tus raíces. Hace poco, 
                      en Bolívar (provincia de Buenos Aires) pusieron 
                      una escuelita de padel en el club El Corralón, 
                      de la que soy el padrino. Y la escuela lleva mi nombre, 
                      así que ni te imaginás la alegría 
                      que me da, ya que es especial porque no soy de Bolívar 
                      y me han dado este reconocimiento espectacular. Es lo 
                      más lindo que me pasó en el pádel.
 
 ¿Qué 
                    le decís a un chico de dieciséis o diecisiete 
                    años que quiere empezar a mezclarse con los profesionales?F.B.: Que se animen a jugar, y que no se caigan cuando 
                      pierdan, porque cuando más perdés, más 
                      aprendés. En prequaly y qualy con Matías, 
                      perdimos un montón, y no te tiene que dar vergüenza. 
                      Conozco chicos que son campeones argentinos en cadetes 
                      o juveniles y no se animan a jugar por miedo a perder 
                      la chapa que ya hicieron, y no tiene que ser así, 
                      cuando más perdés contra los profesionales, 
                      es cuando más vas a aprender, porque así 
                      te das cuenta de tus errores, de lo que estás 
                      haciendo mal en los puntos clave, lo que tenés 
                      que corregir.
 ¿Estás 
                    dando clases?F.B.: No, ahora no, entre el estudio (Ciencias Económicas) 
                      y el tema del viaje no tengo tiempo.
 ¿Pero 
                    diste?F.B.: Sí, estaba dando en Pehuajó, cuando 
                      viajé el año pasado di en Italia, también 
                      en España. Fuimos a Bolonia con Guille (Demianiuk) 
                      y dimos unas clínicas. El tema clases siempre 
                      está presente, lo que pasa es que por el tiempo 
                      no se puede dar mucho. Para más adelante puede 
                      ser.
 ¿No 
                    puede ser contraproducente para un profesional dar clases?F.B.: Y sí, puede ser. Por ejemplo, ahora en 
                      España, no creo que dé clases, voy a ir 
                      a jugar solamente. Si doy van a ser muy pocas, lo hablamos 
                      con Pablo y lo establecimos así. Estar todo el 
                      día en la cancha te abomba un poquito. Si estás 
                      entrenando y encima das clases...
                      Tengo claro que más adelante voy a dar clases, 
                      para volcar la experiencia obtenida con los más 
                      chicos.
 ¿Cuando 
                    decís clases hablás de chicos solamente?F.B.: No, chicos, grandes, todo, pero uno hace hincapié 
                      en los chicos porque es el futuro del pádel.
 ¿En 
                    España hay más movimiento de chicos que 
                    acá?F.B.: Sí, mucho, pero pasa como los profesionales, 
                      el nivel de los chicos argentinos todavía es 
                      más alto que el de los españoles.
 En 
                    el mundial de menores La Plata 2000, Argentina venció 
                    cómoda en las categorías superiores, pero 
                    en las inferiores terminó imponiéndose 
                    España.F.B.: Ése es el tema. Eso lo da la competencia, 
                      los medios de publicidad. En España sale por 
                      la televisión, están las revistas...
 ¿Qué 
                    tendría que trabajar un chico?F.B.: Cuando sos chico, la parte técnica. Que 
                      lo hagan como juego, pero que se entrenen. Si querés 
                      ser profesional tenés que entrenar, si no, no 
                      va, porque son pocos los profesionales que no entrenan, 
                      o llegan hasta ahí, están un tiempito 
                      y se van. 
                      Además tenés que tener un buen entrenador, 
                      porque buenos profes puede haber, pero buenos entrenadores 
                      es más difícil. Si no tenés un 
                      buen entrenador vas a ser un jugador de medio pelo.
 ¿Cuál 
                    fue ese entrenador para tu carrera?F.B.: Roberto Díaz y Norberto Sabbione, del CEPAC.
 ¿Cuáles 
                    son las metas del 2001?F.B.: Tratar de ganar algún torneo en España, 
                      que hasta ahora se me negó. He llegado a varias 
                      finales (los internacionales de Palma de Mallorca y 
                      de Madrid con Demianiuk, o el de Puerto de Santa María 
                      con Sancho) y semifinales, pero todavía no me 
                      he podido subir a lo más alto, ya sea en nacionales 
                      o en internacionales.
 En 
                    los mundiales, las selecciones argentinas no han tenido 
                    un gran recambio ¿México 2002 es el momento?F.B.: Dios quiera que sí. Creo que es la oportunidad 
                      para que le den la chance a los más jóvenes 
                      de sumar experiencia en los mundiales. Para la Copa 
                      Presidente que se hizo en Madrid en septiembre yo ya 
                      pude ir a jugar, jugó Cristian Gutiérrez, 
                      y creo que año a año se debería 
                      ir dando la oportunidad a los más chicos en esos 
                      torneos para que cuando llegue el mundial tengan más 
                      competencia. Que se concrete el defender a la selección 
                      argentina en un mundial es lo máximo que uno 
                      puede llegar a aspirar.
 ¿Pega 
                    mucho usar la camiseta argentina?F.B.: Mirá, yo jugué el desafío 
                      Argentina-España en el ´99, que fui a jugar 
                      con Sancho en Sotogrande, y que jugó Lasaigues/Gattiker 
                      y Gutiérrez/Rovaletti y ganó Argentina, 
                      y la Copa Presidente ahora, que jugé con Ale, 
                      y jugó el Bebe Auguste con Maru Lasaigues, Roby 
                      con Cristian... son experiencias lindas, aunque juegues 
                      con los mismos contrincantes vos estás defendiendo 
                      la camiseta además de tu nombre. Es excitante 
                      para los jugadores porque son competencias a las que 
                      no estás acostumbrado.
 ¿En 
                    el último mundial deberían haber entrado 
                    vos con Guille?F.B.: Se le dio la autoridad a un capitán que 
                      optó por la experiencia, pero si vos te ponés 
                      a pensar, éramos los únicos que le habíamos 
                      ganado a Reca/Nerone, creo que después de dos 
                      años, en la Argentina. De seis enfrentamientos 
                      que tuvimos acá les ganamos cuatro, pero bueno, 
                      fue la decisión de un capitán de ni siquiera 
                      llevar a uno de los jugadores jóvenes como suplente 
                      y hay que respetarla. Por un lado te da bronca, y por 
                      el otro te da el incentivo para seguir entrenando y 
                      mejorar día a día para estar en la próxima 
                      selección.
 ¿Cómo 
                    habrías formado vos el equipo?F.B.: Qué pregunta... es un poco complicado, 
                      pero yo le habría dado la oportunidad a los más 
                      jóvenes. Matías Díaz, Guille Demianiuk 
                      y yo, para ir sabiendo cómo es un mundial, de 
                      vivirlo, porque como te decía, son los mismos 
                      rivales pero es una competencia diferente. 
                      Y no me preguntes a quién sacaría.
 ¿Te 
                    parece que el pádel a nivel mundial puede seguir 
                    creciendo?F.B.: En Sudamérica no sé, en Europa sí. 
                      Si Dios quiere, en Italia y en Francia puede llegar 
                      a crecer, pero está muy frío.
 ¿El 
                    próximo mundial va a seguir siendo Argentina-España?F.B.: Sí, lejos.
 ¿Tercero 
                    y cuarto México y Brasil?F.B.: Creo que sí.
 ¿Y 
                    atrás puede empezar a aparecer Italia?F.B.: Creo que sí, aunque cuando estuve en Italia 
                      había gente pero pocos chicos, no había 
                      recambio. Pero no se sabe, como está al lado 
                      de España, que está en pleno crecimiento, 
                      igual que Francia. Puede pasar como Uruguay y Brasil 
                      con Argentina en la época de oro, que se "contagiaron".
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