Parece que es un mal del pádel en general, y no solamente del pádel argentino.
Allá por el ´91, en el floreciente pádel argentino, surgió la primer asociación de jugadores profesionales del mundo: la APP. Aprovechando la época dorada, armó un circuito que podríamos calificar de lujoso, con torneos a cancha llena todos los fines de semana, estadios para miles de personas (Obras Sanitarias, el CeNARD, los famosos Masters en el court central del Buenos Aires Lawn Tennis), miles y miles de pesos (dólares) en premios y sponsors para los jugadores top, y una concentración de figuras que hoy se da en el pádel español.
La APP, la misma que hoy sigue manejando el circuito argentino, mantuvo una relación de amor y odio con la "entidad rectora", la Asociación de Pádel Argentino, con la que tenía acercamientos y alejamientos constantes. Este ida y vuelta tuvo su punto culminante para el mundial de Mar del Plata ´98, donde se produjo una ruptura tal que llevó a la Argentina a perder una final masculina por equipos por primera vez en su historia.
Si bien Argentina recuperó el título en Toulouse 2000, esa derrota pareció marcar el punto de inflexión para el definitivo traslado del circo profesional a tierras españolas, donde alcanzó un florecimiento similar al del circuito argentino de principios de la década del ´90. Un botón como muestra: la selección campeona en Francia, estaba formada por mayoría de jugadores que participaban del circuito español.
Y ahora se viene Méjico, y cuando todos esperaban ver si el fortalecimiento del circuito español llevaba a sus jugadores a un nivel necesario como para poder vencer al "dream team" argentino, una interna entre los jugadores y la asociación española parece repetir la situación de Mar del Plata: dejó afuera del equipo a la mayoría de los top españoles, llevando a su selección más cerca de tener que defender el segundo puesto, que de aspirar al título.
Si tomamos cualquier ránking español o internacional, las ausencias saltan a la vista. En este momento hay tres jugadores españoles peleando las mejores posiciones de los torneos españoles junto a los argentinos:
- Pablo Semprún. El histórico, estrella española que parecía más cerca del retiro que de la continuidad en el 2000, y sin embargo resurgió en el 2001 formando pareja con el no tan conocido Belasteguín (todavía no había obtenido logros internacionales) para retomar los primeros planos, lugar que este año sigue ocupando, junto al también argentino Bebe Auguste.
- Juan Martín Díaz. En el 2000 se transformó en el primer español en llevarse el título mundial por parejas, junto al Bebe Auguste. Siguió dominando en el 2001 con el mismo compañero, y este año se unió al Bela para arrasar. El mejor jugador español de los últimos años, lejos.
- Guillermo Lahoz. Este año se unió con el eterno Roby Gáttiker, y salvo en Sotogrande, donde cayeron en octavos, no bajó de semis en los otros seis internacionales de la temporada española. Un jugador con una característica importante para integrar un equipo: puede jugar de los dos lados casi en el mismo nivel.
De estos tres jugadores, el único que sigue estando en el equipo, es Pablo Semprún.
España se da el lujo de no llevar ni al Gallego ni a Willy. Un paso atrás podemos nombrar a Richi De Las Heras y Raúl Arias, sin dudas la mejor pareja completamente española del circuito. En este mismo nivel quizá podrían estar Chema Montes y Rodríguez Piñón, dos jugadores consagrados, con mucha experiencia internacional, aunque en estos momentos no están pasando por un buen momento (esto podría "bajarlos" al tercer grupo). Estos cuatro jugadores tampoco están nominados.
Y en el siguiente grupo empiezan a aparecer los demás nominados. Los problemas políticos - económicos dejaron afuera a los cinco o seis mejores jugadores españoles (salvo la excepción nombrada de Semprún), pero debajo de esos se eligió a los mejores, un equipo con proyección de futuro.
Entre los nominados, se destacan también David "Pitu" Losada, jugador de técnica depurada, y "Fran" Iglesias, aguerrido y potente, y "hecho en Argentina". Los demás integrantes del equipo están un paso atrás: el catalán Sanmartí (tenista, arriesgado en la cancha de pádel, con mucha proyección) y los tres Gutiérrez, Daniel, José Luis y Juan José, jugadores jóvenes, la "segunda camada" del pádel español, que aunque no estén en nivel para reemplazar a las figuras, se van a encontrar con la responsabilidad de defender la camiseta española.
También cabe mencionar el caso mejicano, que aunque con figuras menos rutilantes, es bastante parecido al español: los mejores jugadores formaron su propia asociación, la A.P.I. (Asociación de Padelistas Independientes), para mejorar las condiciones ¿resultado?, la selección local no va a contar con esos jugadores, y también va a participar de su mundial con un equipo "B", e inclusive peligra su participación en el Open (no así el caso de los españoles).
Y más allá de desencuentros, los compromisos también atentan contra la presencia de las grandes figuras. Cabe destacar la ausencia de Tati Ruiz, la figura uruguaya más destacada de la historia. Y en el equipo femenino español, la ausencia de la campeona del mundo Iciar Montes, quien por problemas de horarios con su federación, no integra el equipo. Una baja que alienta las posibilidades argentinas de recuperar el título, después del bicampeonato español ´98 y ´00.
Retomando la frase del comienzo, parece que es un mal del pádel en general, y no solamente del pádel argentino. Argentina fue escuela para todos, en muchos temas, lamentablemente parece que en éste también.
Guillermo Russell
Padelcenter.com |