(Buenos Aires, verano de 2009. De la Redacción de Padelcenter.com) Es tan bueno que dos de las tres potencias del padel internacional, España y la Argentina, lo sienten como propios. La Argentina, porque nació en Mar del Plata, se crió como jugador y como profesional en su país y habla como si todavía paseara por la Rambla o la Avenida Luro todos los días. España, porque se nacionalizó español y desde hace años representa a la selección de ese país, y claro, además porque su apodo es "el galleguito" desde que se tiene memoria de la aparición de su zurda mágica.

"Seguimos teniendo vigencia con el Bela básicamente porque nos gusta lo que hacemos, y porque entrenamos mucho", suelta cuando se le pregunta sobre las motivaciones de un número 1 para poder seguir teniendo una zanahoria delante de su nariz que lo haga correr. "Y además porque si te la creés y te relajás, podés caerte", completa con la sabiduría que le da la experiencia en el deporte en el que es uno de los mejores de la historia. Como gran sueño: que el Padel Pro Tour tenga su desembarco en la Argentina, una idea que no es descabellada y que -evidentemente- lo haría feliz.